UN SEGUNDO MÁS.
Un segundo que dura sólo un instante,
un segundo que necesite para poder observarte,
y que se convirtió en mi alma como su mejor arte.
Es tan simple que no me pude dar cuenta,
y que llega como llegaste tú, a iluminar mi vida.
Quien invento el tiempo, no lo se,
quien invento el amor, tampoco lo se,
y menos sabré a quien agradecer por haberte conocido
quizá fue el destino, el tiempo o la simple casualidad.
Al parecer no tiene nada de extraordinario el tiempo,
pero mi alma no opina lo mismo de tu cabello largo,
de tu mirada cautivante, tus labios tan brillantes,
y que todo en conjunto se puede describir en una sola palabra:
Tú, porque sin pensarte, ni imaginarte,
sólo con una pequeña idea de tenerte en mis brazos.
Han pasado más de un segundo y aún te sigo admirando
y pude conseguir además de tu belleza tu atención.
Después de una larga charla tratando de reír bromeando
decidí acompañarte y saber donde esta tu casa
y con un poco más de tiempo como poder tocar tu corazón.
Tu sólo sonreíste y sin pensarlo un segundo dijiste que sí,
era ya casi la noche y sin más ni más a acompañarte accedí;
ya al llegar a tu casa me diste tu correo y tu teléfono.
y que eso me iba a costar, aparte de un segundo más, un café.
Mañana esta bien, dijiste, a la misma hora y en el mismo camino,
en donde en principio nos vimos y nos conocimos.
Llego la hora y el día esperado, no sabía como reaccionar:
Serio, puede que me viera misterioso pero sin nada de que hablar,
feliz, no lo se, diría que de todo es juego y no había algo de que platicar,
nervioso, sí, pero de manera natural y que no le demostrara falsedad.
Son las seis con cinco de la tarde y aún no llegabas,
Peor después de un instante llegaste, sólo fue un pequeño retardo, me comentabas;
y con sólo el escucharte recordó mi gran sueño que siempre anhelaba,
donde quisiera tener a una gran persona inteligente y encantadora,
no sólo un segundo, sino toda mi vida para que nunca te sientas sola.
Y quien lo pensaría, después de una simple mirada que pasó en un segundo,
encontraría al verdadero amor de mi vida y así permanecer juntos por el mismo camino.
Ahora estoy contigo, hoy hacemos un año de que tú seas toda mi vida,
y sinceramente, puedo decirte que sólo te puedo regalar la mitad de mi corazón,
porque la otra mitad, desde el primer segundo en que te vi, ya te pertenecía.
Un segundo que dura sólo un instante,
un segundo que necesite para poder observarte,
y que se convirtió en mi alma como su mejor arte.
Es tan simple que no me pude dar cuenta,
y que llega como llegaste tú, a iluminar mi vida.
Quien invento el tiempo, no lo se,
quien invento el amor, tampoco lo se,
y menos sabré a quien agradecer por haberte conocido
quizá fue el destino, el tiempo o la simple casualidad.
Al parecer no tiene nada de extraordinario el tiempo,
pero mi alma no opina lo mismo de tu cabello largo,
de tu mirada cautivante, tus labios tan brillantes,
y que todo en conjunto se puede describir en una sola palabra:
Tú, porque sin pensarte, ni imaginarte,
sólo con una pequeña idea de tenerte en mis brazos.
Han pasado más de un segundo y aún te sigo admirando
y pude conseguir además de tu belleza tu atención.
Después de una larga charla tratando de reír bromeando
decidí acompañarte y saber donde esta tu casa
y con un poco más de tiempo como poder tocar tu corazón.
Tu sólo sonreíste y sin pensarlo un segundo dijiste que sí,
era ya casi la noche y sin más ni más a acompañarte accedí;
ya al llegar a tu casa me diste tu correo y tu teléfono.
y que eso me iba a costar, aparte de un segundo más, un café.
Mañana esta bien, dijiste, a la misma hora y en el mismo camino,
en donde en principio nos vimos y nos conocimos.
Llego la hora y el día esperado, no sabía como reaccionar:
Serio, puede que me viera misterioso pero sin nada de que hablar,
feliz, no lo se, diría que de todo es juego y no había algo de que platicar,
nervioso, sí, pero de manera natural y que no le demostrara falsedad.
Son las seis con cinco de la tarde y aún no llegabas,
Peor después de un instante llegaste, sólo fue un pequeño retardo, me comentabas;
y con sólo el escucharte recordó mi gran sueño que siempre anhelaba,
donde quisiera tener a una gran persona inteligente y encantadora,
no sólo un segundo, sino toda mi vida para que nunca te sientas sola.
Y quien lo pensaría, después de una simple mirada que pasó en un segundo,
encontraría al verdadero amor de mi vida y así permanecer juntos por el mismo camino.
Ahora estoy contigo, hoy hacemos un año de que tú seas toda mi vida,
y sinceramente, puedo decirte que sólo te puedo regalar la mitad de mi corazón,
porque la otra mitad, desde el primer segundo en que te vi, ya te pertenecía.